Reseña: La Sabiduría de las Multitudes
LA SABIDURÍA DE LAS MULTITUDES (ERA DE LA LOCURA III). JOE ABERCROMBIE.
Sinopsis:
El esperadísimo desenlace de la Era de la Locura no decepciona en absoluto.
En las novelas anteriores (podéis leer mi reseña de Un Poco de Odio y El Problema con la Paz) pudimos ir viendo la evolución de los personajes y los estragos que la guerra causa en ellos. Conocimos a unos jóvenes optimistas, dispuestos a comerse el mundo y mover los hilos a su antojo. Pero la realidad es que, en el Círculo del Mundo, no hay lugar para la paz. En La Sabiduría de las Multitudes, el desarrollo de los personajes llega a su clímax. Una novela repleta de acción, de la que cuesta apartar los ojos. Cada página está cargada de detalles y siempre, siempre, están pasando cosas.
La revolución de las masas parece haber triunfado y en la nueva Adua no hay lugar para el viejo gobierno. La monarquía ya no es bien recibida, para pesar de Orso y la nobleza debe buscar la forma de mantener la cabeza sobre los hombros. En el caso de Orso, todo lo que sentía al leer su trama era pura ternura. En las novelas anteriores se ve cómo, a pesar de dejarse llevar por los viciosy sentir desprecio por cuanto le rodea, es una persona bastante capaz y tiene buen corazón. En esta novela va de bofetada en bofetada, resignado, refugiándose en su cinismo y sarcasmo, mientras ve cómo el mundo se derrumba a su alrededor. Es un personaje al que he llegado a coger mucho cariño a lo largo de la saga.
Por otro lado están Leo y Savine. Savine sigue lidiando con sus miedos y, como una leona, lucha por proteger a sus hijos a toda costa y, aunque intenta pasar desapercibida, parte de lo que siempre fue sigue ahí, sus dos personalidades batallando. Y su marido no ayuda en el proceso. El Leo tullido ha perdido toda la inocencia, reemplazándola por odio y una ambición muy tóxica, y ya sabemos como se las gastan los tullidos en Adua; al final va a ser cierto lo que dice Savine, que acabamos casándonos con nuestro padre.
Por otro lado, en el Norte, Rikke tiene que demostrar una y otra vez que las mujeres también pueden ostentar el poder y lucha por mantener su "culo flaco" en el trono de Skarling ante unos carls y guerreros cada vez más dubitativos y descontentos. También tiene que lidiar con sus visiones, la parte más fantástica de la saga. Aunque ya hemos visto como solían traerla por la calle de la amargura, no le queda otra que aprender a vivir con ello. Lo cierto es que es maravilloso ver a la reina norteña, adalid del feminismo y de los norteños, en acción. Es un personaje salvaje e inteligente que no se corta a la hora de mostrar sus emociones; grita, se enfada, llora, ríe, confía y se sincera con sus amigos. Mención especial a Escalofrío, que lleva con nosotros desde el principio de los tiempos y creo que el papel de niñero es el que mejor le queda; es como una especie de redención, una vuelta al pasado antes de que conociese a Monza y las cosas empezaran a torcerse. Me encanta verlo fiel a Rikke, a sus principios, "haciendo el bien", todo lo bien que se puede hacer en el norte.
Esta novela hace reír y llorar en más de una ocasión. Como siempre pasa con el Grimdark, especialmente con Abercrombie, los finales felices no existen y, en este caso, el poder siempre encuentra la forma de flotar, como la mierda. Es el cierre perfecto para una saga que nos ha acompañado durante años y me encanta poder ver cómo evolucionan los hijos de los personajes que conocimos hace tanto tiempo.
Lo mejor: tal vez no sea lo mejor, pero una de las tramas más me gustó fue la del tejedor. No pude evitar cierto placer cuando explica cuál era su plan desde el principo.
Lo peor: tener que madrugar después de pasar la noche leyendo.
Puntuación:
★★★★★
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