Memorias de Idhún y el intrusismo laboral.

Seguramente no sea la única que llevaba meses esperando, con una mezcla de excitación y miedo, el estreno de la serie de Memorias de Idhún. 

Lo cierto es que durante un tiempo todo parecía ir sobre ruedas; el anime parecía contentar a los fans y la autora alababa el trabajo de Netflix en redes sociales. Pero entonces llegaron las malas noticias. Exceptuando a la gran Michelle Jenner como Victoria, ninguno de los personajes principales iba a estar doblado por profesionales. Evidentemente las redes sociales se volvieron locas con la noticia y Laura Gallego decidió desmarcarse de esta decisión, manifestando su indignación con Netflix. 

Los motivos de la plataforma para tomar esta decisión puede que nunca los sepamos, pero los resultados son más que evidentes. El doblaje es espantoso. La serie se vuelve infumable. Los fans desesperan. 

Lo cierto es que esta decepción me lleva a reflexionar sobre un fenómeno que se está volviendo recurrente con este tipo de plataformas audiovisuales, el intrusismo laboral. Contratar personas "multiusos". ¿Quién necesita traductores e intérpretes cuando puedes pedirle al becario que te traduzca una serie usando Google Translator? ¿Por qué contratar a un profesional del doblaje (que, por cierto, los dobladores españoles son de los mejores) cuando puedes utilizar una cara bonita que arrastra seguidores? 

El resultado, series mal traducidas, doblajes espantosos y trabajadores cualificados en paro. 

Es posible que necesitemos replantearnos nuestra forma de consumir cultura. Tal vez deberíamos pensar hasta qué punto estas plataformas digitales nos benefician y qué podemos hacer como consumidores para cambiar el rumbo que están tomando estos negocios.



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